Esta transición ha cambiado radicalmente la forma de crear, producir, distribuir y consumir la cultura. Algunas prácticas artísticas se prestan mejor que otras a navegar por las aguas turbulentas del oceano digital. Las tensiones y las oportunidades se encuentran en todas las partes del proceso creativo
- La tecnología abre nuevas posibilidades expresivas, pero se necesita tiempo, dinero y formación para explorar sus posibilidades.
- Las plataformas digitales permiten una mayor distribución del trabajo creativo, pero los artistas denuncian dificultades para generar ingresos.
- Lo digital puede ser un vehículo para prácticas artísticas más democráticas e inclusivas, pero este papel no debe darse por sentado.