Construir y mantener una carrera a largo plazo en el sector artístico y cultural es un camino plagado de dificultades. Si bien es cierto que el COVID-19 ha empeorado las cosas, existen problemas estructurales y reivindicaciones antiguas, legítimas y cada vez más acuciantes en lo que respecta al estatus, los derechos y las precarias condiciones de trabajo de los artistas y los trabajadores de la cultura.
- Un gran número de artistas se ven obligados a recurrir a la pluriactividad y a encontrar un trabajo complementario para asegurarse una fuente de ingresos estable.
- La dependencia de las organizaciones culturales en subvenciones coarta su libertad artística.
- El acceso a la financiación es un tema espinoso y complicado y las estrategias de financiación alternativa como el micromecenazgo no logran cumplir con las expectativas inciales.